viernes, 26 de noviembre de 2010

Simplemente esperando.

Me recostaré, justo aquí, donde tus labios puedan encontrarme.
Donde sea tu único paisaje, tu vista, sólo yo.
Para que así no temas tomar lo que ya te pertenece.
Mientras consigues el valor, el manto oscuro cobijará mi ser.
Guardando el calor de esta, tu triste posesión
¿Qué tanto temes?, no solo han pasado segundos.
No me dejes esperando.
Una eternidad, mil eternidades juntas aguardando por ti,
el manto ha cambiado de oscuro a claro ya varias, cientos de veces…
Las lágrimas hacen presencia adornando cual diamantes al cambiante abrigo.
Pero sigo firme en mi espera.
A pesar de las pocas esperanzas, no me alejo ni un poco.
 Sólo toma algo de valor.

sábado, 6 de noviembre de 2010

En esta oscura y airosa noche,
ruego a Dios que comience su dulce cantico del olvido
y me meza en entre sus mantos
hasta caer profundamente dormido.


En mis secos y agrietados labios
 aún reposa el sabor de tu despedida
mientras que mis brazos poseen el vacio
que ha dejado tu vehemente y tacita huida.


Soy débil ante tu presencia
y más ante tu ausencia,
ahora que el viento susurra a mi oído,
sé bien que te he perdido…